Antes de esta pandemia estuve envuelto en la lectura de muchos clásicos como César Vallejo, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Ernesto Cardenal, Julio Ramón Ribeyro, entre otros escritores y poetas que estudio con mucho ahínco. Además, participaba constantemente en convocatorias de revistas y antologías virtuales de literatura. Tenía pensado participar en el concurso de “El Poeta Joven del Perú” organizado por el Centro Cultural de la Universidad de Piura y en “El Premio Cope de Cuento 2020” organizado por Petroperú. En ese tiempo (aproximadamente Enero/Febrero de 2020) tenía algunos borradores, pues faltaba muchas correcciones para participar en estos concursos de talla nacional.
En el mes de Marzo se detecta el primer caso de coronavirus en el Perú, provocando alarma a las autoridades peruanas. Todos nos confiamos (me incluyo), ya que esta enfermedad parecía muy lejana a nuestra realidad. Sin embargo, de una cachetada nos devolvió a la realidad, pues somos un país pobre en todo sentido (salud, educación, cultura, corrupción, etc.).No voy a negar que las malas noticias afectaron mi salud emocional, pues estas se repetían todos los días. Y lo peor de todo escuchar al presidente Vizcarra hinchado de orgullo presumiendo los logros frente a toda la comunidad latinoamericana, lo cual me pareció un insulto al sufrimiento de millones de peruanos. En otras palabras, nos llenaba de mentiras con sus falsas esperanzas. Y esto me afecto cada vez más. Por ello, apague la televisión y continúe escribiendo como siempre, pues no hay mejor medicina para mí que la literatura. Para muchas personas con autismo es reconfortante la lectura, la música, los dibujos animados, entre otras actividades. En mi casa mi hermano menor, Abraham,-quién sufre de autismo severo- disfruta de ayudar en la cocina, jugar con sus rompecabezas y de dibujar y pintar en sus cuadernos.
A pesar de afrontar una fuerte crisis económica en estos tiempos de coronavirus, hemos podido salir adelante con la ayuda de amigos y familiares. A pesar de estar encerrados y el miedo de salir…Nos impulsa a soñar con un mañana diferente. Este es el mensaje que dejo para su reflexión: “Siempre hay un mañana, una luz por descubrir…”